Jim Carrey es un actor que siempre me ha gustado y al que los últimos años se ha infravalorado bastante. Todos recordamos sus histriónicos comienzos con (olvidables) comedias como La Mascara, Ace Ventura o Un loco a domicilio, y que han marcado por siempre la opinión de los espectadores sobre sus dotes como actor, que han resultado notables en Man on the moon, El show de Truman o El número 23, por ejemplo.
El número 23 es una buena película tramposa. La historia comienza cuando llega a manos del protagonista un libro autoeditado en el que se siente identificado con el protagonista: un policía obsesionado con el número 23, que siente que todas las fechas y lecturas de la realidad le llevan a ese maldito número. Poco a poco, protagonista y personaje del libro se van mezclando y llegan momentos en los que les confundimos y no sabemos bien hacia donde nos llevan, pero siempre bien manejados por un director con oficio y unos actores que cumplen.
El filme resulta curioso, aunque quizás bebe demasiado de la estéctica de Seven, pero muchas de las películas de este tipo, resulta muy tramposa en su resolución, durante todo el metraje se lanzan muchas hipótesis posible y al final se resuelve con la más evidente. Pero merece la pena.
domingo, 30 de septiembre de 2007
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