La caracterización de Matt Dillon como Chinaski-Bukowski resulta creible y creemos estar delante del autor. Con sus aires de grandeza, su forma de fumar y de mirar. Pero echo en falta más estallidos de violencia como los que narra en la novela.
Y es que el libro funciona, pero la película no. Es tan sordida y aburrida que provoca sueño, un mejunge de pequeñas partes del libro, sketches que intentan dar muestra de la obra y vida del autor. No tiene empuje y carece de valor para quien no le guste el autor. A mí que me encanta me ha parecido un coñazo...
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