A nadie le gusta sentirse más tonto que el de al lado. El truco, por lo tanto, es hacer que las víctimas se sientan inteligentes -y no sólo eso, sino más inteligentes que nosotros-. Una vez que estén convencidas de esto, no sospecharán que tenemos motivos ocultos.
Claro, hazte pasar por tonto para que los demás no sospechen de ti. Si entras en una empresa demostrando que eres el más listo, caerás mal y te llamarán trespa. Si te haces el inteligente al conocer un nuevo grupo de gente, y para ello debes hacer que otro parezca más estúpido que tú, te crearás enemigos. Por lo tanto hazte el tonto si hace falta. Ahí tenemos el ejemplo de Claudio.
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