Si
duele, no tenemos que hacerlo. Esa debería ser una de nuestras máximas en el
gimnasio. En algunos ejercicios y movimientos es habitual que forcemos el
cuerpo y las articulaciones para poder coger una mancuerna o levantar grandes
cargas de peso. Pero si lo que notamos es un dolor constante en un sitio, o que
semana a semana estamos incómodos al realizar un ejercicio, entonces debemos
buscar una solución.
Ten cuidado
El
press francés es un buen ejemplo de ejercicio que causa molestias en algunos
deportistas. Los tendones de los codos sufren al ser muy agresivo de primeras.
No es un ejercicio que debamos hacer el primero y, nunca, sin haber calentado.
Pero aun así, hay personas que no pueden hacerlo sin sentir dolor. ¿Qué hacer
entonces? Cambiar de ejercicio. Afortunadamente, todos los grupos musculares
tienen multitud de posibilidades para trabajarlos y no hay ejercicio esencial.
Tobillos,
rodillas, codos, cuello, espalda… cualquier de estos puntos puede molestarnos o
quizá lo tengamos con lesiones anteriores. Una recaída sería lo peor que nos
puede pasar. Por lo que debemos ser conscientes de la diferencia entre forzar y
arriesgarse.
¿Qué
hacemos?
Tal
como hemos dicho anteriormente, lo mejor es proteger las articulaciones y la
espalda: guantes con velcro para amarrar las muñecas, esponjas, cinturones de
cuero… Lo primero es protegerse, por encima de la estética y, muchas veces, la
comodidad.
Otra
cosa que podemos hacer es pedir ayuda al monitor o alguien que tengamos cerca.
Sea para coger el peso o para que acompañe nuestros movimientos durante la
serie de ejercicio. Si temes no ser capaz de hacer el ejercicio o lesionarte,
no te la juegues.
La otra
opción sería cambiar de ejercicio. Ninguna rutina es definitiva, siempre están
sujetas a nuestro avance y comodidad. Si hay algo que te molesta, no tienes
porque hacerlo. Lo importante es la salud.
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