jueves, 28 de febrero de 2008

Y cuando digo no, es no. Anécdota laboral. (V)

Me llegó el aviso para instalar dos tomas de televisión en Barakaldo. Me presento en un duplex que era lo más parecido a la casa de mis sueños, una casa preciosa. El hombre que vivía allí sólo me dijo que le acompañase a tomar un café antes de empezar a trabajar, le hice caso porque iba sin desayunar. Nos sentamos en el salón y me dijo directamente:

-He pedido que me pongáis dos tomas de televisión, pero quiero alguna más.

Como es algo que suele suceder constantemente le dije que no hay problema, que yo le apuntaba las que le instale.

-No, lo que quiero es que me apuntes una y me instales cinco más, las otras cinco te las pago yo en mano.

-Lo siento, pero yo apunto todo lo que hago, no hago trabajos fuera de la empresa.

-Pero mira, no te preocupes. Esto va a quedar entre nosotros, instálame las cinco tomas y yo te pago 20€ por cada una.

-No, en serio.

Ademas pensé algo asi como: "¿20 euros? ¡Será tacaño el cabrón!".

-Bueno, pues te doy 25€.

-No, yo no quiero líos. Yo apunto todo lo que trabajo.

-¡Pero si no es ningún lío! Esto queda entre nosotros.

-No, en serio.

El tipo se enfadó:

-¿Pero que pasa, que no quieres mi dinero? Te ofrezco hacer algo de dinero y no lo quieres. A mí me habían dicho que no iba a tener problema.

-Pues lo siento, pero yo hago mi trabajo y siempre lo hago legal.

-Entonces vete.

Cogí mis cosas y me fui sin decir nada, el tipo ni se levantó.

(Aclaración: en esa época hubo un par de despidos por realizar este tipo de trabajos.)

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