lunes, 11 de febrero de 2008

4- Yo, el jurado, de Micke Spillane.

Hacía tiempo que no me leía un libro de un tirón. Hoy, esperando que un maldito aparetejo se configurase y sin ninguna escapatoria, he leído Yo, el jurado. He de reconocer que no conocía de nada al escritor Mickey Spillane, pero me ha sorprendido muchísimo. Es uno de esos escritores que carece de compasión hacia sus personajes, cada frase es como un puñetazo que te hace removerte con incomodidad en el asiento.

La historia es de lo más típica: Un amigo del detective Mike Hammer es asesinado y éste se marca como objetivo vengarse, matar al asesino. El protagonista es un un hombre sin compasión, le gusta jugar con los sentimientos femeninos y golpear con extrema violencia a quien se le ponga por delante. Carece de corazón, es vulgar y piensa que una nariz rota puede ayudar a responder a sus preguntas. El autor no justifica en ningún momento el salvaje comportamiento de su protagonista, nos lo muestra e incluso parece vanagloriarse de él. Junto a este personaje nos encontramos a un sensato policia, una femme fatale, una ninfómana, una secretaria enamorada y más personajes con los que no se logra empatizar.

A pesar de su estilo totalmente pulp, la novela me ha gustado por la buena labor del autor. Apostaría a que Mickey Spillane fue una persona a la que no merecía la pena conocer, pero sólo por la franqueza con que escribe ya merece la pena leer su novela.

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