Último capítulo de la primera temporada, en el que Buffy se enfrenta a su destino, según el cual debe morir. El maestro que está encerrado bajo tierra saldrá y se abrirá la boca del infierno que arrasará con todo. Parece que todo está perdido, las profecías tienen que cumplirse y la muerte espera a una jovencita incapaz de asumirlo. Todos deben unirse para luchar contra el destino.
El capítulo está escrito y dirijido por Wheedon, y es bastante interesante. Un final digno para una temporada mediocre.
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