Una acción sincera y honesta tapará otras muchas deshonestas. Los gestos realizados con el corazón en la mano y la generosidad bajarán la guardia de las personas más suspicaces. Una vez que la honestidad selectiva logra atravesar su armadura, se les puede engañar y manipular a voluntad. Un regalo en el momento oportuno -un caballo de Troya- puede lograr el mismo objetivo.
Me considero una persona generosa, me gusta hacer regalos a la gente y tener pequeños detalles con las personas que me importan. El dinero me importa, pero creo que hay cosas que están por encima, al final todos nos moriremos y la calderilla no hará nada en nuestros bolsillos. Y estos pequeños detalles hacen que la gente te mire de otra forma, en el momento que haces algo altruista por los demás, ellos simpatizarán contigo. Puede que no te regalen nada nunca ni hagan nada por ti, pero serás apreciado por ellos. Y eso puede ser suficiente para algunos.
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