Para mantener la independencia hay que lograr que los demás nos necesiten y nos quieran. Cuanto más se cuente con nosotros, más libertad tendremos. Si la gente depende de nosotros para su felicidad y prosperidad no habrá nada que temer. No debemos enseñarles lo suficiente para que puedan valerse sin nosotros.
He de reconocer que si algo me mola del libro, son las historias que cuenta. Esos ejemplos históricos -Kissinger aparte- me encantan, con historias sobre Julio Cesar, Nicolas Maquiavelo, Victor Lustig... No sé hasta que punto serán verdad o no, pero todas resultan muy interesantes. ¿Para qué escribir ficción cuando la realidad es más interesante?
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