Siempre vuelvo a caer en los libros del gran Boris Vian, ese autor tan radical y enamorado de la vida que no puedo menos que identificarme con su obra. He de suponer que todos conocemos su obra y hemos leído La espuma de los dias, Escupiré sobre vuestras tumbas o alguno de sus libros. Siempre breves y distintos. Algunos llenos de romanticismo, otros bañados en la más absoluta crueldad y también los hay totalmente absurdos en su forma y fondo. Como estos relatos.
Este tomo podría servir como muestra de a que se dedicaba este autor. Se tocan las obsesiones troncales de la obra de Vian: belleza, sexo, violencia, incoherencia, estupidez... Desde un lobo que se convierte en hombre por una noche, la extraña huida de un ladrón por los tejados, el encuentro del placer sexual en una sociedad al quedarse todos ciegos... Toda una variedad temática.
A mí me ha sabido a poco, pero es que en las distancias cortas tampoco termina uno por adentrarse de un modo absoluto en su narrativa.
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