jueves, 30 de octubre de 2008

1- No eclipsar a nuestros superiores.

Hay que hacer que los que están por encima de uno se sientan lo suficientemente superiores. Aunque uno tenga deseos de complacerles o impresionarles, no hay que pasarse al demostrar las habilidades propias porque provocan el efecto contrario - inspirar miedo e inseguridad-. Si conseguimos que nuestros jefes parezcan más brillantes de lo que son, llegaremos a las cimas del poder.

En principio parece algo lógico, ¿no? Todo es saber calibrar un poco, si eres pelota serás despreciado por tus compañeros y superiores, si les criticas lo sabrán, si eres muy bueno te verán como una amenaza. La idea es tener éxito y compartirlo con ellos, que todos vean cómo triunfáis juntos, pero sabiendo en el fondo que tú eres el artífice. Aprovecharse de tu éxito compartiéndolo con él, engrandeciéndolo gracias a su persona.

En esto no puedo estar más de acuerdo. Como estrategia es casi perfecta, pero es una labor que requiere tiempo y paciencia. En el pasado he tenido jefes muy inútiles y alguno más que gilipollas, ¿debería haber seguido este consejo? No lo sé. Nunca he envidiado la posición de mi superior, aunque haya deseado su sueldo. Quizás habria cambiado algo.

Como primer consejo me parece correcto, es básico.

No hay comentarios: