Con la calidad narrativa que tiene Cordwainer Smith podía haber triunfado en cualquier género y temática, es un autor capaz de crear las más bellas imagenes y situaciones sin caer en la ñoñería más burda que invade la literatura general, y más particularmente la fantástica. Pero sólo en la ciencia ficción podía encontrar la libertad para hablar de lo que le angustiaba.La saga de Los señores de la instrumentalidad (son cuatro tomos de 5€, hay que comprarlos) es una recopilación de relatos cortos que narran un universo futuro en el que una especie de teocracia domina a la humanidad y sus esclavos para darles una felicidad -terriblemente- ficticia.
Es complicado hablar sobre los relatos, los acabas y parece que no has leído nada, a pesar de estar sufriendo por el protagonista o quedarte asombrado por la temática, pero cuando te has leído todo el tomo te haces una idea de la inmensidad de la idea.
Me jode que el autor pasará inadvertido de nuevo y dejará de estar accesible a los lectores en cuanto se agote la edición, pero así está hecho el mundo: por cada uno que destaca, veinte se pierden
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