Como bien saben los que leen este blog (en el caso de que alguien lo lea), me gusta mucho el baloncesto y soy capaz de tragarme casi cualquier partido en televisión. Pero desde hace un par de años un inaguantable está dispuesto a fastidiarme todos los partidos de La2, uno por semana.
El personaje de Fernando Romay nunca me había interesado demasiado, un ex-jugador de baloncesto que se cree gracioso y es resultón al público. La televisión está llena de personajes como él y a nadie le importa demasiado. Después de su paso por el programa "Mira quien baila", una de esas brillantes mentes que manejan nuestra programación de televisión decidió colocarle como comentarista de partidos, en su momento junto al prejubilado Pedro Barthe y al mítico Joan Creus.
El caso es que es un fallido intento (no sé si intencionado o no) de imitar a Juanma Iturriaga, su intención es salpicar los partidos con pequeñas bromas o frases como "Vaya, vaya, vaya" que suelta cada cinco minutos. Sus comentarios técnico-tácticos son nulos y basa sus opiniones en una subjetividad tan burda como innecesaria. Pero lo peor de todo, lo que ya no se puede aguantar, es su absoluto partidismo en los partidos del Real Madrid. Es lo único que no se puede pasar en un partido de liga, comprendo que con la selección se debe hacer ya que no molesta a -casi- nadie, es un partido internacional, igual que las autonómicas pueden animar a sus equipos, pero en la liga nacional me resulta impensable que alguien pueda celebrar las canastas de un solo equipo. Mete un triple un jugador del Real Madrid "¡Menudo canastón, cómo se está gustando!", mete el otro equipo "Atentos a la gran defensa del jugador..." Y no soy antimadridista, hay equipos que no me gustán nada y entre ellos no está éste, si fuese de otro equipo también me molestaría.
Un comentarista así sobre en la televisión nacional, no aporta nada.
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