La segunda parte del conjunto de Grindhouse, dos películas que homenajean a distintos géneros de los 70 u 80 con presupuestos altísimos, es Death Proof, dirigida por el idolatrado Quentin Tarantino.
En este caso, la película homenajea ese subgénero de road movies -películas de carreras y persecuciones con coches, principalmente por carreteras desérticas- desde la subjetiva visión y estilo de Tarantino.
Es una película que no gustará a todos, si no te gusta Tarantino, no la veas, si te aburren los diálogos, no la veas, y si no tienes cierta cultura cinematográfica quizás no disfrutes de los múltiples guiños que tiene. Durante el filme se pasan el 70% del tiempo hablando y sólo un 20% es acción. Compagina los diálogos estúpidos con momentos magistrales, igual que con los planos, travellings y las persecuciones. Se nos presentan dos grupos muy distintos de chicas a las que conoceremos por sus larguísimas conversaciones. Las primeras un poco vulgares y las segundas están algo piradas. Todas tendrán ocasión de enfrentarse a Kurt Russell, "Especialista Mike" en la película, un psicópata que disfruta chocando -y asesinando- a mujeres con su vehículo. La película no tiene más miga.
El director ha hecho la película que le ha apetecido, sin duda, multitud de diálogos, guiños clarísimos a su filmografía, pies femeninos, música excelente, gazapos evidentes y momentos muy Tarantinianos.
El elenco de actrices feminas es notable y Kurt Russell, digo, Serpiente, digo, Especialista Mike, borda el papel.
Un film notable, y un divertimento muy diferente de Planet Terror, no peor ni mejor, pero si muy distinto.
martes, 2 de octubre de 2007
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