El respeto con el que siempre se cogen los clásicos se puede perder desde la primera página, donde al ver el endiablado ritmo de la narración no queda más remedio que dejarte llevar. Éste, quizás el libro más conocido de Pio Baroja, es uno de esos libros que sorprenden y se leen de un tirón.
Las aventuras de Zalacaín son complicadas de resumir por su cuantía. Baroja nos cuenta su breve e intensa vida y las personas con las que se encuentra en Urbia (su aldea), sus viajes y en las guerras carlistas. Casi todos contados sin demasiada piedad y mostrando cual es la bajeza de su moral, aunque en algunos personajes lo inverso.
Me ha llamado la atención que la engañosa superficialidad de la novela, que aunque carezca de descripciones y algunos momentos importantes se narren en un par de líneas, como la boda del protagonista, contiene una profundidad digna del monstruo de las letras que es Pio Baroja.
(Breve apunte: con éste ya me he leído los 50 libros que me puse como objetivo para este año.)
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