En
marzo están subiendo las temperaturas y con ellas nuestra necesidad de
hidratarnos. No pasamos tanto frío y cuando estamos en el gimnasio o salimos a
entrenar a la calle ya empezamos a sudar en abundancia, por lo que debemos ser
conscientes de la cantidad de líquido que debemos ingerir en el entrenamiento y
las horas posteriores.
Botella de agua en el gimnasio
Es una
regla básica del gimnasio, igual que llevamos la toalla hay que ir con la
botella de agua de un lado a otro. Hay quien toma té o alguna bebida isotónica,
pero nosotros recomendamos ir a lo más sano e hidratante. Una botella de medio
litro nos servirá para realizar pesas durante menos de una hora. En cambio, si
vamos a hacer ejercicios cardiovasculares puede que se quede corta.
Hay que
acostumbrar al cuerpo a beber. Mucha gente dice que no le entra el agua, pero
si somos deportistas tenemos que tomar gran cantidad de líquidos. Nuestro
consejo es que si llevamos una botella de medio litro la tomemos entera
siempre, aunque tengamos que acabarla en el vestuario o camino a casa.
Hidratación y volumen en el gimnasio
Estar
poco hidratados funciona en contra de los objetivos del gimnasio. Los músculos
sufren más, estamos atontados y la sesión de deporte obtiene peores resultados.
Nosotros, nuestros músculos, estamos formados por agua. Eso lo sabemos todos. Y
el agua que bebemos va directa a los músculos que estemos trabajando.
No será
la primera vez que oigamos a alguien decir que debemos beber una media de dos
litros de agua para purificar el cuerpo y mantenernos sanos. Bien, si este
consejo se da a las personas que tienen una vida sedentaria, debemos imaginar
cuanto agua tenemos la obligación de tomar si realizamos deporte. No es
cuestión de ir con una botella de agua en todo momento, pero el medio litro
durante el entrenamiento es un buen comienzo.
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