Y otro libro policiaco para leer en los tiempos muertos que me da el trabajo. Porque me encanta la literatura de géneros, aunque deteste catalogar a una novela de tal o cual género. Valoró muchísimo lo fácil que es caer en la trampa de la lectura con las novelas de esta clase, que al leer media página ya te has enganchado.
Esta novela de Edgar Wallace, trata sobre un personaje algo prepotente: el policía Arnorl Long, más conocido como El Apostador. Tras detener y mandar a la silla eléctrica a un conocido ladrón, una organización llamada La Mano del Patíbulo, dirigida por El Maestro intenta vengarse de él y todos los que le rodean o tuvieron algo que ver en la condena. Al escribir este parrafo he tenido la sensación de estar hablando en una clave ridícula, pero la historia y los nombres son así.
Es una novela ágil y sencilla de leer. Pero no es demasiado divertida y seguramente la olvidaré pronto, en ella no he encontrado ningún personaje que merezca la pena ser recordado. Todos ellos son bastante planos y aunque el autor intente meternos en su mundo y nos hable de amor, venganza y pasión, falla a la hora de transmitir.
Lo dicho, una novelita para leer en los ratos libres.
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