Temática destroyer, un caballo blanco en la portada, entrevistas en las que afirma no tener proyectos... esto huele mal. La novela es de esas que suenan a despedida, espero que no sea así.
Un hombre, Mr Blank, está sentado en la cama de una habitación cerrada. No recuerda nada. Pronto le visitarán personas que afirman conocerle y que dicen haberle encerrado para juzgarle. Como todos sabíamos antes de leer la novela, ¡maldito marketing!, el anciano es Paul Auster y sus visitantes son personajes de sus novelas.
La novela, calificada por mucho de menor, es fallida en su forma pero muy interesante en su fondo. La historia es algo cansina y carente de emoción, y eso que apenas tiene 180 páginas con letra grande, la historia principal resulta demasiado neutra y la paralela carente de todo interés. En cambio el mensaje sí me ha gustado, incluso emocionado. El autor no olvida a los personajes que han pasado por sus novelas, comprende que algunos deben sentirse frustrados y enfadados, así que les pone en bandeja su venganza: convertirse en uno más y quedarse en sus manos, ellos decidirán que hacer con él.
La novela me ha llegado dentro, pero después de leer multitud de reseñas en periódicos y blog me he dado cuenta de que pocos coinciden con mi lectura. Hacer caso a la mayoría.
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